Norovirus
27/04/2016
Según datos de la ASPCAT, el brote de norovirus que ha afectado este mes de abril a 4.136 personas de 381 empresas ubicadas en diferentes localidades de Tarragona y Barcelona puede darse por terminado. El consumo de agua embotellada en garrafas, procedente de Andorra, contaminada con norovirus parece haber sido el origen de las infecciones, que han provocado cuadros de gastroenteritis entre los consumidores. Fuente: higieneambiental.com
Según la Agencia Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA), los norovirus son los principales agentes de gastroenteritis agudas en Europa y afectan por igual a todas las edades. Este género de virus se propagan entre los alimentos, principalmente a través de agua, potable o no, contaminada.
No obstante, hallar por primera vez norovirus en el agua envasada ha sorprendido a los expertos, y además en niveles elevados de entre 1.000 y 10.000, teniendo en cuenta que la dosis infectiva es muy baja, alrededor de 10 partículas virales. Los servicios de salud catalanes y andorranos continuan investigando las posibles causas del brote, que podria tener su origen en la contaminación del agua de consumo con aguas fecales.
¿Qué son los norovirus?
Es un género de virus presentes en todas las regiones del mundo, siendo el ser humano es el único reservorio conocido para las infecciones humanas de norovirus.
Estos virus son muy persistentes en el medio ambiente y resistentes a los tratamientos físicos y químicos de depuración de aguas residuales. Por este motivo, las aguas son básicamente las que propagan los virus entre los alimentos, principalmente los vegetales frescos, las frutas y los moluscos bivalvos cultivados en aguas contaminadas. Los virus no se multiplican en los alimentos pero son muy persistentes y, por ejemplo, pueden ser viables durante semanas en vegetales frescos.
Resisten temperaturas de 60ºC durante tres minutos y de 100ºC durante un minuto, resisten los pH ácidos (pH 2 durante 30 minutos a 37ºC) o básicos (pH 12 durante 30 minutos a 37ºC ) soportan dosis de rayos ultravioleta superiores a 103mJ/cm2, e, incluso, resisten las dosis de radiación gamma de 2 a 4kGy, que se utilizan para tratar alimentos.
Para inactivarlos se necesitan dosis de hipoclorito de sodio superiores a 300 ppm, a diferencia de las bacterias, para las que sólo es necesaria una dosis de 70 ppm durante 5 minutos.