TRIHALOMETANOS EN AGUA DE CONSUMO, ¿CANCERÍGENOS?
03/11/2017
Después de una exposición prolongada durante años, la mayoría de las sustancias químicas presentes en el agua de consumo son potencialmente peligrosas para la salud.
Entre estas sustancias se hallan los subproductos (SPD) de la necesaria desinfección del agua, que se forman al tratarla con sustancias cloradas. Entre muchos otros están el bromato, clorito y clorato, los ácidos haloacéticos, los haloaldehídos y también los trihalometanos (THMs).
Los THMs se forman en el agua de consumo, principalmente, como resultado de la cloración de la materia orgánica presente de forma natural en el agua bruta. La tasa y el grado de formación depende de los niveles de cloro, ácidos húmicos, temperatura, pH y la concentración del ion bromo. Si en la desinfección se utiliza hipoclorito o cloro gas existen más posibilidades de formación de THMs que si se utilizan la cloraminación. Además, las recloraciones a lo largo de la red de distribución favorecen la formación de THMs.
Desde 1981, ha habido algunos estudios observacionales que encuentran una asociación entre la exposición a THMs y la incidencia de algunos tipos de cáncer, pero falta una revisión sistemática que arroje más luz sobre el grado de verosimilitud de esta asociación.
Ahora, se acaba de publicar la primera Revisión Sistemática GRADE sobre la asociación entre los trihalometanos en el agua de bebida y los casos y mortalidad por tipos de cáncer, liderada por la farmacéutica Silvia Redondo Muñoz.
El sistema GRADE (Grading of Recommendations Assessment, Development and Evaluation) o "Graduación de la valoración, desarrollo y evaluación de las recomendaciones" es una metodología para evaluar la calidad o certeza de la evidencia de un efecto y la posterior formulación de recomendaciones, que permitan mejorar la práctica sanitaria y la salud de los ciudadanos.
En el sistema GRADE la calidad de la evidencia se clasifica, inicialmente, en alta o baja, según provenga de estudios experimentales u observacionales; posteriormente, según una serie de consideraciones, la evidencia queda en alta, moderada, baja y muy baja. La fuerza de las recomendaciones se apoya no solo en la calidad de la evidencia, sino en una serie de factores como son el balance entre riesgos y beneficios, los valores y preferencias de pacientes y profesionales, y el consumo de recursos o costes.
Más información y Fuente: higieneambiental.com